¿El lujo en el tercer milenio? Espacio, tranquilidad y vistas panorámicas

Escasos, raros y deseables en el momento de crecimiento del consumo no serán ni los coches rápidos o los relojes de oro, ni cajas de champán, ni camisetas de cachemir, cosas que puedes comprar ahora en cada esquina de la calle de moda. En cambio, serán ingredientes básicos de calidad de vida las vistas abiertas, la tranquilidad y los grandes espacios para vivir.

Pequeños apartamentos, calles llenas de gente, turistas por todas partes, poblaciones en aumento. Pocos logran evitar una compresión que limita la libertad. Y no solo con la gente, incluso con los objetos. Hoy en día una habitación es muy elegante cuando se puede dejar medio vacía.

La tranquilidad es uno de los placeres más difíciles de satisfacer. No es casualidad que los hogares y restaurantes más caros son los que garantizan serenidad y silencio.

Y luego el medio ambiente: disfrutar de vistas panorámicas y despejadas  a la montaña ya no es una cosa positiva sino un privilegio.